sábado, 21 de julio de 2012


"Por supuesto que es posible amar a un ser humano, si no lo conoces demasiado".



 Cuatro años habían pasado de la ultima vez que la había visto, sus ojos me miraban y me penetraban como la primera vez que me pidió un cigarrillo, no me quedaban mas, así que compartimos el ultimo, supongo que inconcientemente genere un pretexto para estar cerca de esa carita endemoniadamente angelical, en aquellos tiempos su piel era suave como cuando te tocas la verga para las primeras masturbadas de niño, siempre me gusto masturbarme aunque cuando era mas chico lo hacia con culpa, años de iglesia me hicieron creer de que me daria tuberculosis o que me iría directo al infierno por sacar mi propio jugo afuera, supongo  que valía la pena cualquiera de las dos sentencias por que lo hacia una y otra vez. Sus dientes estaban un poco sucios, eso quería decir que no había vuelto a casa durante unos días, yo un pibe que hacia tiempo que no pisaba la facultad, me dedicaba a ir de bar a bar, había visto la salvación de saber que no servia para un carajo en el fondo de una botella de cerveza. La primera vez que tome una cerveza fue a los doce años, mi papa me había cagado a cintazos por haber desaprobado un examen, sabia que el no podía vivir sin su cerveza y sin el partido de póker con sus amigos, por ende mientras se iba a la casa del maldito idiota que tenia como amigo, que solamente lo único que hacia era preguntarme si ya había debutado sexualmente, agarre la primera botella, la abrí y como a todo niño, no me gusto para nada el sabor que esta tenia, pero me reía sádicamente por dentro al saber que mi padre se enojaría y me daría la tunda de mi vida por verme borracho, el no soportaba la idea de llegar a su maldita casa, con su maldita familia sin una cerveza fría en el refrigerador.
Ella estaba ahí, mirándome y disfrutando pitada a pitada el ultimo cigarrillo de la noche,  me pregunto de donde venia, que hacia y esas preguntas insulsas que se hacen en la danza del coito, los dos ya sabíamos desde el principio que nuestro destino esa noche seria en algún bulo barato de constitución, y el destino esta vez no fallo, ahí nos fuimos caminando por las calles a paso lento, de vez en cuando agachaba la mirada y observaba esas piernas con pequeñas varices que me ponían loco. Ya quería saber que olor tenía su cuerpo. No surgió ningún tipo de dialogo mientras cortábamos con nuestro paso la bruma de la madrugada, y llegamos, un viejo de unos 60 años nos atendió en ese telo horrible, pero ya hacia años que yo trabajaba en un lugar de mierda que pagaban poco. Entramos a la habitación, se podía oler los años y años de jugos que tenían esas sabanas, las cucarachas paseaban tranquilas y esperaban ser las primeras en ver el acto sexual. Nos dimos el primer beso, su lengua se hundió hasta lo más profundo de mi garganta, mi polla dura, su concha húmeda, sus pezones erectos y ahí nos fundimos durante horas en el amor, ya no necesitamos más nada que el uno del otro. Pude ver en su cuerpo alguna que otra cicatriz iguales a las mías, eso me excitaba mas y mas, nunca me gustaron las tipas que tuvieran todo duro y perfecto, ni las que olían a perfume caro, para mi nada mas excitante que una mujer con cicatrices de la vida y un perfume barato que marque el sendero.  Y allá estábamos los dos, ya todo había terminado, mire su boca y le dije te amo, ella sonrío, guardo silencio y durmió unas horas. Trate de no dormirme y guardar cada segundo de su cara en mi mente, de su pubis peludo, pero caí rendido a los sueños.
Al otro día me levante, ya había sonado el teléfono, el viejo con la voz ronca me decía que ya se había terminado el turno, me di media vuelta para levantarla y ella ya no estaba. La busque, en el telo, en la calle, en el bar. Los días pasaban y el amor punzante me apretaba el corazón, día tras día volvía a ese bar buscándola, pero solamente encontraba otro fondo de botella de cerveza, una rica y refrescante cerveza. Mi sueño de amor borro algún que otro recuerdo, mi cabeza empezó a tener algun que otro pelo blanco, los años fueron pasando y mi polla desde ese entonces rara vez se paraba, lo único que no cambiaba era mi maldito trabajo.
Y así pasaron 4 años, y ella ahí de nuevo en el viejo bar, me miro, se rió y me dijo, tenes un cigarrillo? A lo que yo le respondí “te amo”…

domingo, 15 de julio de 2012


Y el grito en la oscuridad de la noche
Ella
Lo escucho
Pero omitio el grito
Y el


Iba caminando por las calles , el cielo estaba azul, las nubes grises, de vez en cuando algún rayo de sol avecinaba y achinaba los ojos de los que caminaban por ahí. El invierno nunca le sentó bien, digamos que, lo único que le quedaba era saber que algunos son alegres por que los climas calidos los hacen ser alegres, pero nunca había salido de su ciudad, así que para el, el clima de Londres era el mismo que el de Colombia.
Caminaba y miraba, y de vez en cuando intentaba agarrar un poco de ese rayo de sol que dejaba pasar las nubes. Una lagrima caía sobre su mejilla, el se la secaba y otra lagrima volvía a asomar y pensaba una y otra vez que eso no tendría que haber pasado. La opción más rápida nunca le fue la más efectiva y pensaba… Y la lagrima que ya había secado varias veces, volvía a asomar, sin hacerle perder la noción de que estaba ahí por algo, y que no se iba a ir fácil ni cuando el quisiera. Entra a un bar, el humo espeso del cigarrillo y el olor nauseabundo de un whiskey vomitado barato, lo hacia sentir bien, saber que la desgracia no solamente afecta a uno, si no a varios. Ahí estaba en la barra Carlos, paso 10 años preso por meterle 4 tiros al vecino o Fernando, su mujer le había dicho hace poco que su hijo por el cual laburaba 14 horas en la fabrica, no era hijo de el. El nunca había estado preso, ni tampoco había estado cerca de tener hijos, suponía que las dos opciones para el serian mejor que el destino que le toco tener. Ahí le pide al cantinero una medida de su whiskey mas pedorro, lo traga, no lo saborea, solamente lo traga, una pequeña arcada le hace acordar lo bajo que cayo. Mira al cantinero y le pide otro, el ciclo se repite por varias horas durante el día. Las nubes se juntan y se hacen mas grises, el no lo sabe, apenas vio el cielo cuando fue al baño del bar a mear y a dar los primeros vómitos, las primeras gotas de agua caen y se le suma las primeras gotas de oscuridad. Las horas pasan, el no se da cuenta, ya son mas de las diez de la noche, pero poco lo importa, nadie lo espera en su casa, hacia ya varios años que su madre había muerto de vieja y su padre lo había abandonado y había formado otra familia. Ya el dinero apenas le alcanza, hacia tres meses que no pagaba la luz y el agua, la guita del seguro se la había patinado toda en merca, putas y alcohol, le hubiese gustado por lo menos comprarse un auto y tenerlo hasta el día de hoy, quizá lo podría haber vendido en estos días y comprarse unos tiros mas de merca. Sale del bar, tambaleándose, se apoya en el palo de luz mas cercano, echa su ultimo vomito antes de recomponer la postura, ya el hígado le pedía por favor un poco de cordura, pero la había perdido cuando su ultimo amor lo abandono y se fue con su amigo, no le tenia rencor ni la odiaba, pero le hubiese gustado quizá que lo banque un par de días mas. Camina por la calle, siente que lo observan con la mirada que se les da a los tipos que saben que ya no tienen nada que perder, el las acepta y es mas, no acepta otra mirada que no sea esa, mas de una vez le había partido un botellazo en la cabeza a los cristianos que le decía que todavía estaba a tiempo de cambiar. Cambiar? El? Imposible, ya había elegido el camino que quería, los años no lo dejaban cambiar. Aparte ya lo había intentado y el esfuerzo no sentía que le valía la pena, no sabia el por que, pero simplemente no le valía la pena. Llega a la casa, ahí en la entrada, el perro pulgoso y maloliente que tenia como mascota ni siquiera le ladraba, sabia que lo mas probable que recibiría al ladrar no era un mimo, si no una patada, pocas cosas le molestaban y una de esas eran los ruidos y los rayos del sol de la mañana, por eso sus persianas estaban siempre bajas. Prende la luz y piensa que por suerte todavía no le cortaron la luz, aunque tenga el foco de 25 watts que apenas ilumina el comedor. Prende la tele vieja, solo cinco canales le alcanzan para vivir, no le interesa mantenerse informado, solamente ve documentales de animales, es lo único que le gusta, pensaba que en alguna otra vida pudo ser veterinario, pero no en esta. Abre la alacena y saca un paquete de fideos, los cocina y come en frente del televisor, mirando un documental, abre la caja de vino, toma dos o tres vasos, piensa que todavía no es suficiente, así que toma dos o tres mas, el perro en sus pies lo mira fijamente y agacha la cabeza, después de todo era su amigo. Ya le da sueño, va a acostarse, apenas podía mantenerse en pie y ya tenia la verga dura, así que como todos los días, saca esa revista que tiene debajo de la cama de los años ochenta, se masturba, muerde sus labios y se mete culposamente dos dedos en el culo, se masturba mas y mas fuerte y mas adentro se mete los dedos en el culo, hasta que estalla rendido en la cama, no le interesa limpiarse, total, duerme solo y no tiene contacto con algún otro humano. Acomoda la almohada, y apoya su cabeza, una o dos lágrimas le aparecen de nuevo, las limpia con sus manos sucias y queda dormido. Ya al otro día se levanta, echa un vomito de sangre, se lo limpia y otra vez va caminando por la calle en busca de ese rayito de sol…  Hoy? Llueve…

Bukowski, el pajarito y yo (y vos)…



hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.
hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que esté ahí dentro.
hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
hacerme un lío?
¿es que quieres
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?
hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
  a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.
luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?
 

Bukowski me dijo al oído una vez, al pajarito azul que tenes adentro ahógalo con alcohol o drogas, pero preferentemente alcohol y cerveza, una rica cerveza y mas cerveza… Y en mi vida van pasando litros y litros de cerveza y drogas de distintos tipo, y el pajarito no solamente no se ahoga, si no, que ahora se le ocurre cantar, y cantar en publico, casi gritando y la gente lo escucha y dice “que lindo cantar de ese pajarito”. Y no solamente eso! Ahora el pajarito tiene otros pajaritos amigos de distintos colores, y van volando por ahí, haciéndose notar entre la gente. Es mas, algunas personas hasta le dan de comer, no solo al azul, si no también, al rojo, al blanco, al negro y al amarillo, y estos pajaritos se unen entre ellos mismos y hacen el amor, se aman entre ellos y tienen mas pajaritos y la gente pasa y dice “que lindos pajaritos” y miran con especial atención al azul, les atrae, cada vez intenta cantar mas y mas fuerte, para que quizá alguna vez lo escuches, que lo escuches y le prestes atención a su cantar y algunos dicen o piensan el por que no tienen un pajarito azul tan lindo adentro. La gente mira a los pajaritos chiquitos y saben de quienes son hijos, por que en sus plumas y cuerpos tienen los colores de sus padres, por ejemplo hay un pajarito que tiene el cuerpo rojo y las alas blancas, otro tiene la cabeza roja, las alas negras y el cuerpo amarillo, si, por que los pajaritos no tienen problemas, se aman, y se aman entre todos, inclusive al azul que solamente canta por vos,  que es casi el padre de los demás pajaritos y abuelo de unos tantos otros. Los pajaritos ven al azul, como lo ven todos los demás que lo admiran, pero vos no lo ves así, lo ves como uno mas del montón y el canta, canta jazz, canta folclore, canta tango, canta y canta, y sus pulmones le dicen, basta, pero el no para, solo canta las mejores melodías de etta james, de Billy Holiday, canta brasil, canta Missisipi, canta todo lo que puedas imaginar y es mas hasta te escucha a vos para saber que cantar para que lo escuches.
Y el se cansa, se cansa y mucho, y desentona a veces, intenta respirar, pero tiene miedo de que si deja de cantar puedas mirar para otro lado y te pierdas de lo que dice el en voz alta.
Lo bueno es que ese pajarito azul, tiene otro pajarito adentro que le canta, le canta que tiene que cantar, por que el pajarito de adentro no se lo conoce por darse vencido tan fácilmente…